File 1: Una estudiante que le gusta mucho el terror.
Una de las cosas más polarizadas en este mundo es el terror. Algunos lo disfrutan, otros lo odian terriblemente. Cabe resaltar que yo era de las primeras. Sin embargo hay veces que la realidad supera a la ficción y eso fue lo que me pasó a mi cuando estaba en el instituto.
---
Era un día tranquilo en clase, a mediados de otoño, después de haber conseguidos amigos cuando empezamos un juego que nunca debería haber comenzado.
—¡Anissina! Es tu turno— la voz de mi compañera L resonó en todo el aula.
—No me se ninguna historia— dije con hastío, lo cual era cierto puesto que solo me sabía relatos sobre libros que había leído previamente. Además estos eran demasiado largos para contarlos.
—¡Pues inventa!— exclamó A bastante enfadada ya. Ella había sido la primer en contar una -obligada, claro- y no quería que a mi me saltaran para que sufriera yo también. "Sin duda una gran amiga"
Todo esto se remontaba a un libro que encontré en un puesto cuando fuimos de excursión sobre el espiritismo. Decía que las historias de terror llaman a los espíritus y como me pareció interesante se lo comente a mis amigas. "Craso error" Se interesaron demasiado por el tema y ello sumado a que justo hoy teníamos que quedarnos hasta por la tarde por una clase extra que habíamos perdido, el resultado fue la situación que tenemos ahora.
—Bueno vale, pero me inventaré una así que no os aseguro que sea interesante— respondí ante sus miradas de cachorro que siempre me ganaban. Ambas gritaron eufóricas porque la mía sería la última historia antes de la clase.
—Bien preparaos que aquí voy: "Hace mucho tiempo vivía una condesa cuya vida estaba llena de privilegios. Tenía todo lo que cualquier persona pudiera desear, tanto belleza como riqueza y además un buen esposo que la adoraba mucho colmándola de regalos. Su vida sin duda era magnífica, hasta que pasó el tiempo y su marido murió dejándola sola. Después de su muerte comprendió que ya no era tan bella, entonces le sobrevino el miedo a morir. Consultó a médicos, curanderos, charlatanes, toda clase de personas, pero nadie era capaz de darle la respuesta que ansiaba. Un día se encontró a una bruja que por fin le dio la solución; bañarse en la sangre de chicas jóvenes la rejuvenecería. Así comenzó su matanza. Primero fueron las criadas, una tras otra, eran sacrificadas en secreto para satisfacer su codicia. Sin embargo, con el paso del tiempo comenzaron a escasear y en su locura se veía cada vez más anciana. Desesperada cometió el error que le costaría su vida. Creo un grupo de estudio con hijos de grandes nobles y los mató. Estos, al darse cuenta presionaron al rey para que le diera un castigo. Como era noble no pudo matarla, aún así fue encerrada en su palacio con todas las puertas y ventanas selladas excepto por un pequeño hueco donde le proveían de comida. Finalmente, después de muchos años, se decidió decapitarla y por miedo a las represalias de su espíritu maligno consumido por su desesperación el palacio fue demolido y los cadáveres de mas de 600 víctimas aparecieron enterrados en los alrededores de este. Nadie se acerca a ese lugar puesto que aún siguen desapareciendo los jóvenes intrépidos que se atreven a poner los pies en ese sitio. Los ancianos del lugar siempre les recuerdan que las palabras de la bruja fueron: "Esta tierra estará maldita para siempre" ¿Y quiénes somos nosotros para dudar de las palabras de aquella bruja?— finalicé el relato con una sonrisa- Había empleado la leyenda de Erzebet Bathory un poco arreglada como historia de terror aunque desgraciadamente los asesinatos si había sucedido, lo que daba un cariz mas tétrico si cabe mis palabras.
—¡Guau! Y luego decías que no sabías historias de terror. Se me han puesto los pelos de gallina— dijo M sorprendida mientras reprimía un escalofrío.
De pronto, un enorme estruendo sacudió el aula. Provenía del aula colindante con la nuestra que pertenecía a los estudiantes un curso por encima nuestro, aunque ahora estaba vacía.
—¿Qué ha sido eso?— preguntó N asustada.
—Ni idea, pero esa clase esta cerrada, no hay nadie. La cerramos nosotros, ¿recuerdas?— respondí atónita. Nunca en mi vida había escuchado ese tipo de sonidos. Parecían de otro mundo, literalmente.
—¿No será que de verdad llamamos a un espíritu?— inquirió A dando en el clavo. Porque esa era la pregunta que todos nos estábamos haciendo en ese mismo instante. Supongo que nunca imaginamos llegar tan lejos.
—¿Sabéis eso que hacen en las películas de terror que jamás haríamos?— pregunté y asintieron en respuesta Después de todo siempre comentábamos lo estúpidos que eran los protagonistas de esos filmes por tirarse de cabeza al peligro sin dudarlo.— Vale pues eso es lo que voy a hacer ahora mismo— escuché algunos gritos ahogados y tirones en mi ropa instándome a quedarme, pero no quería.
Seguida de A me dirigí a esa clase en absoluto silencio y un escalofrío recorrió mi cuerpo, La temperatura no paraba de bajar, algo estaba sucediendo allí, mucho más peligroso de lo que pensábamos, tal vez. Cuando la temperatura baja es una mala señal, implica que lo que hay ahí no es un poltergeist provocado por un humano, sino por un espíritu de verdad. "Al final leer ese libro de espiritismo va a servir para algo" fue lo que pensé en esos momento.
Los ruidos cambiaron y empezaron a ser aludibles golpes, aullidos, lamentos seguido de mantras, como si alguien estuviera intentando pararlos.
—Lo que hay allí no es humano, sin duda no lo es— mis dudas se despejaron al mismo tiempo que las voces se intensificaban.
—Eso ya lo sabíamos—comentó A mientras observaba como todos los de clase salían al pasillo más asustados de estar dentro de ahí que fuera.
—No, no lo sabéis. Hay fenómenos llamados poltergeist donde es un humano el que lo provoca debido a sus deseos mas profundos, lo hace de manera inconsciente. Normalmente suelen ser niños o adolescentes porque su mente aún puede conectar digamos con lo esotérico. Podría ser lo que pasara aquí ya que estamos en un instituto rodeados de adolescentes, pero no lo es. Y eso es lo que mas temo— respondí mientras el resto se abrazaban asustados ante esa posibilidad.
—Una explicación bastante acertada, si— clamó una voz proveniente del fondo del pasillo.
Todos se pusieron a gritar mientras la sombra que había respondido antes se acercaba peligrosamente hasta donde estábamos...
Comentarios
Publicar un comentario